Seguramente usted ha participado en muchos talleres o de algun taller de capacitacion. Puede haber estado en un festival de música regional donde un intérprete famoso presentó un taller de guitarra y demostró algunas de sus técnicas. Puede haber asistido a una conferencia donde había talleres sobre cómo navegar en internet o sobre cómo vender a clientes reticentes. Hay talleres sobre todo tipo de temas: desde la decoración en repostería hasta el tratamiento de la esquizofrenia; todos estos talleres son de tiempo limitado y pretenden enseñar habilidades, técnicas o ideas prácticas y son dirigidos por alguien como usted.
Ahora es su turno de dirigir un taller. Puede capacitar personal o voluntarios para una nueva organización, dar una charla en una conferencia o intentar mostrar al mundo este método nuevo y fantástico que su organización ha desarrollado. Sea cual sea el caso, usted tendrá que entretener, educar e inspirar a un grupo de personas a las que probablemente nunca ha visto antes. Esto puede sonar atemorizante, pero dictar un taller es en realidad muy parecido a cualquier otra actividad: si se prepara bien, se mantiene la calma y se respeta a los participantes, todo irá bien.
¿QUÉ ES UN TALLER?
Probablemente hay tantas respuestas a esta pregunta como talleres y presentadores de talleres; sin embargo, en general, un taller de trabajo es un programa educativo corto (aunque esto puede significar desde 45 minutos a dos días enteros) y único diseñado para enseñar o presentarles a los participantes habilidades, técnicas o ideas prácticas que después podrán usar en su trabajo o en su vida cotidiana. La mayoría de los talleres tienen varias características en común:
Grupos pequeños de 6 a 15 participantes, lo que permite dar a todos algo de atención personal y la oportunidad de ser escuchados especialmente en un taller de creatividad o en un taller de innovacion.
A menudo se diseñan para gente que trabaja en un mismo lugar o en el mismo campo.
Son dictados por personas que tienen experiencia real en el tema a discutir.
La presentación no tiene que limitarse a una persona. La ayuda de co-instructores o co-facilitadores no sólo es común sino que expande en gran medida las posibilidades de un taller y hacen que el trabajo de cada persona sea más fácil. Cada co-instructor puede encargarse de partes específicas del taller o todos pueden trabajar en conjunto, dependiendo de la estructura y propósito del taller. En cualquier caso, buscar uno o más co-instructores o co-facilitadores siempre es una posibilidad si se está planeando realizar un taller.
Suelen ser participativos. Es decir, los participantes tienen un papel activo porque influyen en la presentación del taller y porque tienen la posibilidad de poner en práctica las técnicas, habilidades u otras cosas que se discuten en el taller.
Son informales; hay mucho debate además de participación, a diferencia de lo que ocurre cuando un profesor presenta un material que estudiantes deben absorber.
Son limitados en tiempo; en general se limitan a una sola sesión, aunque algunos pueden requerir varias sesiones durante un periodo de tiempo dado (Ej. Una vez a la semana durante cuatro semanas, dos sesiones de día completo en un fin de semana).
Son independientes. Aunque un taller pueda terminar con folletos y sugerencias sobre lecturas adicionales o estudio para aquellos interesados, en general la presentación pretende ser autónoma en sí misma, a diferencia de un curso que depende en muchas lecturas y otros proyectos (trabajos, presentaciones) además de las actividades de clase.