La principal desventaja que enfrentan las familias a la hora de alquilar una vivienda son los requisitos de garantía del propietario, quien ante esta demanda, la oferta de inmuebles escasos hace que este requisito sea aún más estricto.
Para alquileres de casas en la capital federal no se aceptan garantías exclusivas fuera de la capital.
Parte de la razón es que las oficinas de registro de la provincia de Buenos Aires no se apresuran a brindar información sobre el alcance de la propiedad, si los tiempos mejoran esto se puede resolver, porque lo que realmente importa es el valor de la misma.
Para algunos tipos de inquilinos, la cuestión de las garantías es casi decisiva, especialmente para las clases media y media baja, que de hecho han sido excluidas del mercado inmobiliario más exigente.
Ante esta situación y aprovechando la desesperación de muchas familias, lamentablemente el mercado en crecimiento es un mercado de garantía deficiente, ya que la rapidez en la transferencia de información hace que en muchos casos los inquilinos vuelvan a verse perjudicados.
Hoy en día es muy difícil salirse de control y hacer que esa garantía sea igualmente efectiva.
Los agentes inmobiliarios gestionan informes de dominio e incluso informan que ya cuentan con garantías de compra.
La Unión Argentina de Inquilinos presentó algunas recomendaciones para que el país las adopte, pero no hubo avances.

Alternativas a la garantía patentada
Una de las ideas de la UAI es montar un fondo fiduciario cuyo alquiler debe superar el mes de alquiler, el alquiler se suele utilizar como depósito y se irá a una cuenta pública que puede acumular unos $10 millones.
Está obligado a pagar el alcance del negocio de leasing en la capital federal, y este fideicomiso actuará sin pagar parte de los inquilinos que integran el contrato.
El funcionamiento de esta idea es muy similar al anterior sistema de reciprocidad que condujo al desarrollo de la industria aseguradora. De hecho, de este mercado han surgido algunas alternativas poco conocidas, pero no son más que copiar casos de éxito en otros países.
Un ejemplo es el seguro de garantía para alquilar, que es una garantía profesional, alternativa a la garantía propietaria de una compañía de seguros para garantizar el pago de los alquileres impagos.
Se trata de una herramienta utilizada en Brasil con el nombre de «fiançalocatícia» y que ha obtenido enormes beneficios durante un período de tiempo. En los últimos años ha resuelto al menos en parte el problema del garante en la industria del leasing.
Una situación similar ha ocurrido en Argentina, pero el conocimiento de los productos es mucho menor y hay pocas empresas que brinden los productos, lo que aumenta los costos.
El inquilino comprará un seguro para todo el contrato de arrendamiento y el destinatario es el propietario. En el modelo de seguro estándar, debido al retraso en el pago del inquilino, debe acudir a los tribunales para pagar el alquiler pagado.
De no ser así, se contratará un seguro a partir de allí como garantía para pagar la renta mensual acumulada a partir de la fecha en que haya caducado la suspensión de pago debida a la unidad.
Aparte de los requisitos que se deben cumplir para contratar este seguro, el producto no ha sido utilizado por motivos de distribución.
Por lo tanto, la mayor parte del negocio se realiza para arrendamientos comerciales más que privados.
Por tanto, los agentes inmobiliarios son los clientes más importantes, por lo que como intermediarios, no rechazarán este tipo de garantía e incluso podrán aportar tales garantías en los contratos de arrendamiento que vendan.